¿Cuáles son los elementos que como educadores y padres debemos considerar en la salud emocional de los niños?
Sin lugar a duda para lograr un mayor equilibrio emocional es necesaria una buena autoestima. Los niños que se valoran a sí mismos son físicamente más sanos, y tienen mayor sociabilidad.
Por tanto, es tan importante que en la familia y en la escuela, los canales de comunicación tengan las menores barreras posibles. Así pueden aclarar al niño la situación comunicándole directamente y con claridad lo que ocurre. Y los niños pueden sentirse con libertad y confianza de expresar comentarios o preguntas.
Como menciona las autoras María Elena López y María Fernanda González el título de su libro Disciplinar con inteligencia emocional, esto incluye fijar límites claros de forma positiva en donde ambas partes tengan la capacidad de dominar sus emociones.
La Confianza se debe fomentar en el niño, sin la presencia de la confianza en este lazo, es imposible que el niño se siente seguro y cómodo.
Y nuestra finalidad como educadoras es promover el desarrollo de nuestros alumnos en sus diferentes vertientes afectiva-cognitiva y social.
¿Qué implicaciones tienen el estrés en la vida familiar, laboral y escolar?
Cualquier tipo de relación ya sea familiar, laboral, escolar, puede causar estrés, porque implica la necesidad de que dos o más personas, con diferentes valores, expectativas, experiencias y formas de pensar, se comprendan, acepten y respeten, a pesar de dichas diferencias.
El estrés es un estado emocional que nos puede afectar, a todos a cualquier edad, en mayor o en menor medida y la manera en que nos afecten las situaciones de tensión, dependerá de nuestra personalidad y de la forma de afrontar las tensiones.
Es importante que los niños expresen sus emociones negativas, de una forma asertiva, con objetivo de que el niño entienda que el estrés no es una condición de vida sino que es un estado que se puede aprender a controlar.
El estrés laboral es uno de los problemas de salud más grave que en la actualidad afecta a la sociedad en general, debido a que no sólo perjudica a los trabajadores al provocarles incapacidad física o mental en el desarrollo de sus actividades laborales. De forma que el estrés laboral se acumula y se suele llevar a casa causando más dificultades en las relaciones familiares.
¿Cómo podemos ser educadores y padres emocionalmente competentes?
¿Cómo podemos ser educadores y padres emocionalmente competentes?
De muchas maneras pero especialmente se debe desarrollar la habilidad para transmitir valores, inculcar hábitos, fortalecer la autoestima, corregir comportamientos.
Algunas recomendaciones de María Elena López son las siguientes:
*Compartiendo experiencias.
*Estar en actualización constante sobre la psicología infantil.
* Aprender de los aciertos y errores de los demás.
*Conocer a los hijos.
*Dedicando cantidad y calidad de tiempo.
Lo cual será la base para que los niños confíen en sí mismos y crezcan siendo independientes, imaginativos, serenos y amables.
Competencias emocionales:
1. Habilidad para detectar y aprovechar oportunidades.
2. Iniciativa o capacidad de desarrollar nuevos servicios anticipándose a la demanda social.
3. Perseverancia y resistencia al desánimo ante los obstáculos.
4. Interés por realizar un trabajo de calidad.
6. Búsqueda de la eficiencia.
7. Autoconfianza para enfrentarse a los retos y asertividad en las relaciones con los demás.
8. Reconocimiento de la importancia de las relaciones interpersonal
¿Cómo podemos reafirmar el autoconcepto y el autoestima en nuestros niños?
La autoras Gonzalez y Lopez señalan que un menor con buena autoestima valora lo que tiene y lo que puede hacer para reafirmar el autoconcepto y la autoestima es necesario:
*Ayudándolo a identificar y a superar sus debilidades.
*Estimulándolo a que alcance sus metas y objetivos.
*Espere lo mejor de él y hágaselo saber.
*Valores sus opiniones
*Haga que se sienta valioso.
*Permítale realizar lo que es capaz.
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